sábado, 12 de marzo de 2016

2.-Optogenética.

2.2.-Contribuciones.

-Estudio del cerebro.
A través de las opsinas, se ha podido recoger una gran información, ya que estas, tan solo responden a determinadas células por medio de los cromóforos (los cuales responden a determinados colores). Los cromóforos isomerizan excitados por la luz, activando así a la opsina. Algunos lo hacen al abrir su canal iónico, creando una especie de interruptor de luz.
Al introducir los que pueden servir de interruptores, poseemos un mejor control. El primero fue la canalrodopsina-2 (canal catiónico) que respondía a la luz azul. Fue seguido por  un gran desarrollo de modificaciones de esta opsina como son la bacteriorodopsina, halorodopsinas, entre otras muchas que responden a diversos colores. 



Afortunadamente, cada vez más, se destina a los neurocientíficos una mayor cantidad de herramientas rigurosas con las que se pueden crear sistemas de señalización variados. Por los diferentes sistemas se ha podido manipular circuitos y neuronas.  
Se han encontrado así nuevas zonas del cerebro donde se pueden tratar patologías con gratos resultados, pero aún no se sabe muy bien cuáles pueden ser las causas, por lo que llevará cierto tiempo experimentar para comprender la complejidad del cerebro. 

-Afirma la intervención de algunos sistemas y zonas de conexiones (no solo de neuronas).

-Terapia para regular ciertas funciones cerebrales.
Gracias a la optogenética se desecha el empleo de drogas o lesiones físicas para examinar el cerebro.
Al introducir rodopsinas en la amígdala del cerebro (zona que nos hace sentir miedo) se logró minimizar la ansiedad. También se ha utilizado para tratar la depresión mediante pequeñas descargas, al igual que con el parkinson.



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