2.3.- Control de los recuerdos
Un estudio realizado en Estados Unidos afirma que mediante un control de luces se puede realizar cambios en las emociones. Ya que si te produce una mala sensación un recuerdo, mediante este proceso se podría convertir un buen efecto. Trasladando esto contemporáneamente, se le podría dar uso ayudando a aquellas personas con problemas psicológicos, como pueden ser la depresión, estrés, etc.
En el Instituto Tecnológico de Massachusetts junto con el instituto japonés Rike, han investigado sobre cómo se podría llevar a cabo una alteración en las emociones de la gente vinculadas a ciertos recuerdos.
Para ello, situaron ratones de sexo masculino en un sitio específico de un cajón, donde se relacionará con hembras para conseguir un estímulo positivo o negativo asociado a un momento. De esta forma, se ha llegado a la conclusión de que aquellos a los les dio un buen efecto, querrían volver. En cambio, los que recibieron un mal efecto, intentarían evitar aquel lugar.
Se realiza una manipulación en unos circuitos neuronales del hipocampo (lugar de acumulacón de información de la memoria) y de la amígdala (emite emociones según la información recibida proveniente del hipocampo). Así se puede modificar la reacción (el sentimiento que se emite) positiva o negativa asociada a un tipo de recuerdo.
Aplicando la optogenética, los ratones que pasaron un mal rato, quisieron volver. Y aquellos que se relacionaron con hembras, evitaban aquel lugar.
Utilizando esta misma táctica se pretende combatir la depresión y la ansiedad.
En la depresión se encuentran involucrados una multitud de neurotransmisores. El serotoninérgico es el principal, ya que después de unos exámenes se ha demostrado que con su aumento por medio de fármacos en un individuo depresivo, se obtiene una función normal. Esto se debe a que el fármaco proporciona serotonina, que suplanta su ausencia en la patología.
Se ha publicado en la revista Cell Reports que la falta de esta, es una acortación de cómo actúa realmente la serotonina. Teniendo como resultado que las zonas cercanas (en las que intervienen también) hacen que cada persona reaccione de forma diferente.
Estas neuronas se sitúan en el núcleo del rafe, diferenciada por en dorsal y medial.
Después de una observación de la actuación de esta zona en ratones normales y otros con ansiedad y depresión, se puede concluir que la ansiedad es dada a la hiperactividad del núcleo medial, y que la depresión se crea por una falta de movimiento en el núcleo dorsal.
En la siguiente imagen se ve cómo el ratón se muestra según el estímulo.
Se puede concluir así que ambas zonas se relacionan entre sí, por lo que la depresión es provocada por toda la rafe. Pero no por ello se han tomar medida de fármacos que actúen en esas zonas zonas para prevenir la patología, sino hay que buscar también una terapia que pueda terminar de froma directa por si se vuelve a presentar.